viernes, 13 de julio de 2018

La construcción del Génesis - parte I


La tradición durante siglos ha creído que Moisés escribió el libro de Génesis. Sin embargo, en este sitio ya hemos presentado suficientes pruebas que indican que durante la época del exilio de Israel en Babilonia, el Génesis fué redactado y editado en la forma que mas o menos actualmente tenemos. También hay una serie de pistas que indican la inserción de varias "historias" y relatos para crear la obra final del Génesis. En muchos casos está esta introducción:

"Esta es una historia de los cielos y la tierra en el tiempo en que fueron creados, en el día que Jehová Dios hizo tierra y cielo".- génesis 2:4

Ya en el siglo XVIII el docto holandés Campegius (Kempe) Vitringa detectó la incorporación de varios textos en el Génesis apoyándose en el hecho de que en el texto del Libro aparece unas diez veces la expresión "esta es la historia de",  “estas son las generaciones de” , y  “este es el libro de las generaciones de”. (Gé 2:4; 5:1; 6:9; 10:1; 11:10, 27; 25:12, 19; 36:1, 9; 37:2.) Tanto Vitringa como otros estudiosos posteriores han entendido que cada vez que en el texto de Génesis se emplea las referidas expresiones introductorias (en hebreo tohledhóhth), se hace referencia a documentos escritos diferentes que obraban en poder del redactor del Génesis y en los que se basó para escribir gran parte del libro. De todas formas, ésto fue más que un "corta y pega". En realidad se formó un nuevo relato construido en base a los Documentos anteriores. Notamos que hay un autor muy posterior que va hilando los hechos y narrándolos usando como base  las historias previas separadas.

Sabemos entonces que Moisés no escribió la versión actual del Génesis que poseemos, pero hay otras historias judías posteriores que hablan que él declaró una historia de la creación a su pueblo, y eso en parte es motivo de la tradición que lo implica a él como el mismo autor del Génesis actual que poseemos. Es interesante lo que comentan los Documentos de Urantia:

74:8.7 (837.6) El relato del Antiguo Testamento sobre la creación data de tiempos muy posteriores a los de Moisés; él nunca enseñó a los hebreos una historia tan tergiversada. Pero sí presentó a los israelitas un relato sencillo y condensado de la creación, con la esperanza de que éste realzara su llamado a la adoración del Creador, el Padre Universal, que llamaba el Señor Dios de Israel.

Se nos habla de un relato "sencillo y condensado" que seguramente fue uno de los relatos matriz y basal para la historia posterior del Génesis. 

74:8.8 (837.7) En sus enseñanzas tempranas, Moisés, inteligentemente, no intentó remontarse más allá de los tiempos de Adán; puesto que Moisés era el maestro supremo de los hebreos, las historias de Adán llegaron a relacionarse estrechamente con las de la creación. Consta que las tradiciones más tempranas reconocieron una civilización preadánica, por el hecho de que los redactores posteriores, con ánimo de borrar toda referencia a los asuntos humanos antes de los tiempos de Adán, olvidaron borrar la referencia reveladora a la emigración de Caín a la tierra de «Nod», donde aquél tomó mujer.

Así que tenemos un relato sencillo y condensado alusivo solo hasta los tiempos de Adán. Y esto causó la impresión de que Adán fue el "primer hombre". Después de una larga investigación, y aislando los factores narrativos expuestos, he logrado descifrar esta estructura básica que posiblemente fue muy similar a la que divulgó Moisés. El profeta habría enseñado ésto a su pueblo:

"Y ambos continuaban descubiertos, el hombre y su esposa, y no tenían desgracia.

En el Edén, el Jardín de Dios, el Resplandeciente resultó ser el más sabio de todos los Seres Vivientes. Indujo a la mujer a practicar la Ciencia del Bien y del Mal para ser como Dios y a comer el Árbol de la Vida que estaba en medio del Jardín.  La mujer vió como deseable practicar la Ciencia del Bien y del Mal. Ella lo hizo, y luego animó a su esposo a hacerlo.

Y Dios procedió a reprender al hombre y a la mujer por lo que habían hecho, y también al Resplandeciente. Y habría enemistad entre los descendientes de los aliados del Resplandeciente y los descendientes de la mujer.

Y de ahora en adelante habría dolor aumentado al dar a luz  en los hijos de la mujer. Y la tierra sería difícil de cultivar para el hombre fuera del Edén, el cual habría de morir. El hombre y la mujer la Luz de sus cuerpos la cubrieron. Y fueron expulsados del Edén por ángeles, y se restringió el acceso al árbol de la vida para que el hombre no viviese hasta tiempo indefinido".

La "desnudez y la vergüenza"
Varios comentaristas se han percatado que la expresión "desnudos" es una de las múltiples posibilidades, y que bien pudo haberse traducido "descubiertos". Esto tiene sentido, ya que: ¿porque habrían de expresar una vergüenza de tipo genital sexual Adán y Eva tras la falta? ¿Es que acaso no sabían que Dios igualmente puede ver nuestro interior importando si tenemos ropa o no? El referido pasaje ha provocado decenas de especulaciones morbosas por la Iglesia durante siglos: Cómo que ambos perdieron una inocencia sexual, etc. Y durante un tiempo muy largo (durante el medioevo)  y solo hasta el Renacimiento las reproducciones artísticas de personas desnudas estuvieron prohibidas, asociando la desnudez a la condición pecaminosa, etc.

Algunos judíos mucho más entendidos han declarado que las palabras hebreas para luz y piel difieren sólo en una letra: aleph para luz y ayin para piel. Han concluido que Adán y Eva perdieron sus vestimentas de luz (אור) y tuvieron que ser ataviados con ropajes de piel (עוֹר). Suma a que ésto es mucho más que una supuesta desnudez corporal por el hecho de la gramática hebrea. 

Esto es confirmado en la estructura del tiempo hebreo ya que Adán no dice “estaba desnudo” o “descubierto”.  El texto se traduce así porque los verbos deben estar en tiempo pasado para que concuerden dentro de la oración. Pero el hebreo no es como el castellano. En éste caso, la frase hebrea, ki-eirom anochi literalmente significa “porque descubierto yo.” Lo usual en el equivalente de tiempo presente en el hebreo es el verbo implícito. Adán no describe una condición pasada que ahora ha sido corregida. 

Específicamente, estos dos permanecían desnudos y no avergonzados. ¿Y que de bosh? Quizás sorprendentemente, no tiene nada que ver con sexo o tener descubiertas las partes genitales o sexuales. Esta no es una declaración que ellos están genitalmente desnudos sin ninguna vergüenza. Cualquier traducción que sugiera vergüenza en ésta pierde el mensaje. La palabra bosh se usa en los profetas y los Salmos para describir la desgracia que viene de emprender algo que fracasaSe utiliza para describir la humillación, perdida de estatus y la exposición como necio. En muchos casos, bosh se vincula a la catástrofe que cae sobre Israel cuando olvidan a Dios. Nota como se usa en Sofonías 3:11 “Aquel día no te avergonzarás de ninguna de tus acciones con que te rebelaste contra mí; porque entonces yo quitaré de en medio de ti a los que se regocijan en tu orgullo, y nunca más te envanecerás en mi santo monte.” Es evidente que el paralelo para “vergüenza” es “orgullo” y “vanidad.” El orgullo falso de Israel les trae vergüenza. ¿Qué es vergüenza? La vergüenza es ser descubierto con carencia de una relación con el Señor. ¿Por qué es vergonzoso? Porque lleva directamente a una apreciación falsa de la vida, a la enajenación y a la destrucción. Es la necedad máxima.

Así que apropiadamente podemos decir que Adán y Eva estaban "descubiertos" (desnudos) en un sentido moral al no tener nada que ocultar ante el Creador. Y no tenían orgullo,  y específicamente no habían caído en "desgracia" (avergonzarse) al no haber sucumbido a las trampas de la rebelión. Esto cambió evidentemente tras el fracaso edénico. 

Los Documentos de Urantia precisamente aluden a la vergüenza del fracaso de la misión adánica al ser entrampados, y también se les llama "hijos tontos" cayendo en desgracia.

Y en el relato basal descrito por Moisés se manifiesta entre otras cosas cuando perdieron la luz que emitían sus cuerpos y se vistieron de la humanidad caída. Y esto fue en sentido literal como simbólico, ya que Adán y Eva realmente emitían luz, aunque no estaban desnudos del todo, sino que se cubrían al anochecer, y al parecer esta condición comenzó a menguar desde la salida del Edén. Todos estos elementos de condiciones morales y reales, dispersos, pero a la vez de alguna forma, relacionados, fueron reunidos en el relato de la "desnudez y la vergüenza" que tenemos hoy. Pero perfectamente el relato sencillo y original (enseñando por Moisés a los israelitas) expresaba ésto:

"Y ambos continuaban descubiertos, el hombre y su esposa, y no tenían desgracia" .... "El hombre y la mujer la Luz de sus cuerpos la cubrieron".

Incluso si empleamos la expresión "desnudez" en vez de "descubiertos", ésto no implica un nudismo total. Es interesante el comentario de ésta publicación en torno a Santiago 2:15:

"No sería necesario que las personas estuvieran literalmente desnudas para que necesitaran ayuda. La nota al pie de la página de la Traducción del Nuevo Mundo, en inglés, sobre Mateo 25:36 dice: “O, ‘sin llevar suficiente ropa’; en el lenguaje común la palabra original para esta expresión quería decir ‘ligeramente cubierto, solo con la prenda de vestir interior,’ por consiguiente escasamente vestido, no necesariamente desnudo.” – La Atalaya 1974 Pág. 148. Comparemos ésto con Job 22:6 que habla de despojar de ropa a los desnudos. Evidentemente si estaban completamente desnudos no habría que despojarles.  

De forma interesante el Libro de Urantia dice:

74:6.5 (834.7) Despedían los cuerpos de Adán y Eva una luz trémula, pero siempre vestían ropa en conformidad con la costumbre de sus asociados. Si bien usaban muy poca por el día, vestían una capa a partir del atardecer. Data de los días de Adán y Eva el origen de la aureola tradicional que rodea las cabezas de los supuestos hombres sagrados y dignos de alabanzas. Puesto que se opacaban en gran parte las emanaciones de luz de sus cuerpos debido a la ropa, no se distinguía sino el resplandor radiante en torno a su cabeza. Los descendientes de Adansón siempre retrataban de este modo su concepto de los individuos que se tenían por seres extraordinarios en cuanto al desarrollo espiritual.

Continúa en parte II.