martes, 23 de julio de 2019

Sobre la Trinidad

Esta entrada es a raíz de algunas preguntas que me han hecho en una entrada pasada. No la tenía pensado escribir, así que iré al grano en mis opiniones. 

Para tener un cuadro claro sobre éste asunto comenzaré con la Trinidad. En otra entrada después hablaré sobre el Infierno. Partamos con la Trinidad:

1- El Punto de Visto Cósmico y Real sobre la Trinidad del Paraíso.
Los Documentos explican en detalle el concepto que llamaré "cósmico" de la Trinidad del Paraíso, y que NO es la idea que la cristiandad tiene de la Trinidad. Para aquellos que han leído los Documentos se habrán enterado que Micael de Nebadón NO es el Hijo Eterno y Original, y el Espíritu Santo NO es el Espíritu Infinito. Hace tiempo, en una entrada, profundicé a grandes rasgos en el Concepto de los Documentos:

http://estudiosdelasescrituras.blogspot.com/2016/04/guia-para-los-nuevos-lectores-de-los_19.html

Nota: El universo central, Havona mismo y el Paraíso (junto a sus habitantes) existen en un nivel espacio-temporal eterno. Incluso se declara que el Paraíso No tiene principio, y sin embargo, no podríamos considerar al Paraíso en sí mismo como parte de Dios el Padre (como otro miembro más de la Trinidad), aunque en un sentido "orgánico", quizás lo sea, pero ese es otro tema... El punto es que no porque un Actor no tenga comienzo (de los muchos que hay en Havona) lo convierte en IDÉNTICO al Padre. Pero el concepto más pleno está explicado en el enlace de arriba.

2- El Punto de vista de la Cristiandad.
Todos los entendimientos sobre la "Trinidad" que la Cristiandad adoptó están basados en sincretismos y tergiversaciones de conceptos Paganos y puramente primitivos sobre la Trinidad,  y TAMBIÉN, en algunas Enseñanzas reveladas sobre la Trinidad del Paraíso (Melquisedek, Jesús, etc.), que fueron distorsionadas al poco tiempo. La versión "católica" o "cristiana" de la Trinidad es entonces una CONFUSIÓN conceptual de verdades y mitos, ajena al concepto verdadero y Cósmico de esa ASOCIACIÓN.

3- Conclusiones.
Es un ERROR llevar a la categoría de Revelada o Realidad el Concepto de la Trinidad de la Iglesia como la Gran Verdad, porque confunde a los personajes y contiene errores, reajustes y opiniones sincreticas que se van "armando en el camino" cuando una religión evolutiva se desarrolla. Espiritualmente puede ser aceptable para muchos, pero lamentablemente el asunto se intenta explicar como un teorema dogmático (insistiendo en que Jesús es el TODOPODEROSO), cuando ese es el ERROR más grande conceptual de ese concepto cristiano.

Puesto que el punto de vista de la Cristiandad es producto de reajustes y combinaciones conceptuales, en mi opinión es un ERROR creer que dicha presentación teológica es correcta. De hecho, en el mismo desarrollo de la misma doctrina católica los problemas están presentes constantemente en todas partes. Catedráticos ajenos a las cuestiones religiosas han detectado esa falta de soporte en el texto bíblico. Eso mismo ha dado pie para las creencias en ambas direcciones. El mismo desarrollo del Arrianismo es precisamente por la ausencia de una claridad sobre el concepto, ya que éste se fragmentó y perdió con el tiempo uniéndose a otros teoremas llamados paganos. También, las opiniones judías más literalistas hicieron que los cristianos no lo desarrollaran como un concepto uniforme en sus Iglesias, y se gestó con una modificación gradual.

Una verdad revelada con claridad haría innecesario esas diversas interpretaciones. Y precisamente el hecho contrario, la ambigüedad conceptual en ambas direcciones es una prueba que el Concepto más posterior de la Trinidad es una construcción a pulso entre la verdad y el error.

Es cierto que la verdad sobre los Elohims es una prueba indirecta de la antigua verdad revelada. Sin embargo, la mera expresión no implica una repetición de la verdad más elevada o Trinidad Cósmica. De la misma forma como la expresión "Padre" en Isaías y textos del A.T representa un vistazo en la dirección correcta, aún el concepto del Padre seguía fuertemente vinculado al de la visión judía. Solo Jesús trajo el concepto más elevado del Padre. Sería erróneo creer que la visión de Dios en el A.T estaba plenamente desarrollada por el hecho de referirse al "Padre" en varias ocasiones. Además, el "Elohim" aunque es una prueba indirecta de la realidad más elevada, también fue aplicado a las numerosas Autoridades Celestiales que han intervenido: Ancianos de los Días, Padres de las Constelaciones, Ángeles, etc; ninguno siendo parte de la Trinidad del Paraíso.

En los Evangelios claramente se muestra una diferenciación entre Jesús con el Padre Celestial, y eso es un punto en favor para los arrianos. Por otra parte, las expresiones alusivas a la Divinidad de Jesús (Micael era el "Dios" de su universo local, un Hijo Creador y Deidad en ese sentido), han causado la confusión que Jesús mismo era una manifestación de la Trinidad. Declaraciones sobre que Jesús era "uno solo" con el Padre también han sido usadas como apoyo para los trinitarios. Sin embargo, sabemos que Micael estaba casi fusionado con su Ajustador del Pensamiento. Nosotros también podemos llegar exclamar lo mismo, el "ser uno" con el Padre, pero eso no implica que a un nivel cósmico seamos parte de la Trinidad del Paraíso.

Por otra parte, los Padres de la Iglesia no tienen ningún peso en torno a postular "dogmas reales". Ellos simplemente son interpretes y comentaristas de las opiniones ya distorsionadas de los apóstoles sobre Jesús. Son la segunda etapa en la degradación de las enseñanzas de Jesús. Creer que esos hombres por pretender ser discípulos de los discípulos de los apóstoles (algo más basado en la tradición que en la realidad), y eso ya les confería el estatus de "mensajeros revelados",  cuando INTERPRETABAN las cosas, es un error conceptual nuestro (moderno) que la Iglesia desea explotar. Ellos sin duda, por ensayo y error, acertaron en algunas cosas, amalgamaron otras (incluso conceptos ya imprecisos de Pablo), y se equivocaron de lleno en otras. Es precisamente por eso, que su concepto inexacto de la Trinidad, comenzó a ser usado más de lleno posteriormente al siglo II. De hecho, antes ni aparece dicha expresión.