En el relato de Josué leemos que el Sol se detuvo y esto favoreció la aniquilación y masacre de los enemigos de Israel. Hay quiénes han intentado explicarlo de múltiples formas. Sin embargo, puesto que los asuntos están escritos desde un observador terrestre la explicación parece expresada en el mismo relato:
“Fue entonces cuando Josué procedió a hablar a Jehová en el día que Jehová abandonó a los amorreos en manos de los hijos de Israel, y pasó a decir ante los ojos de Israel:
“Sol, tente inmóvil sobre Gabaón,
y, luna, sobre la llanura baja de Ayalón”.
En conformidad, el sol se quedó inmóvil, y la luna de veras se paró, hasta que la nación pudo vengarse de sus enemigos. ¿No está escrito en el libro de Jasar? Y el sol se quedó parado en medio de los cielos y no se apresuró a ponerse por más o menos un día entero”. – Josué 10:12-13
Hay varías cosas interesantes en éste relato. La primera es que es escrito mucho después de los hechos. Se nos habla que estaba registrado en el Libro de Jasar. De hecho, mucho tiempo después, en otro libro que narra los acontecimientos de la época de David se habla del Libro de Jasar (2 Samuel 1:18) como referencia bibliográfica, así que el llamado Libro de Josué tal como lo tenemos hoy, es una construcción y edición final realizada al tiempo del retorno tras el exilio, en los días de Esdras.
El otro aspecto, es que el relato se traspone con el siguiente evento descrito dos versículos antes, en el 10 y 11, que explica como realmente fueron muertos los enemigos de Israel:
“Y Jehová fue poniéndolos en confusión delante de Israel, y empezaron a derribarlos con gran matanza en Gabaón y fueron persiguiéndolos por vía de la subida de Bet-horón y derribándolos hasta Azeqá y Maquedá. Y aconteció que, mientras iban huyendo de delante de Israel y estaban en la bajada de Bet-horón, Jehová arrojó sobre ellos grandes piedras desde los cielos hasta Azeqá, de modo que murieron. Fueron más los que murieron debido a las piedras de granizo que los que los hijos de Israel mataron a espada”. – Josué 10:10,11
Así que notamos como una lluvia de meteoritos ocurre precisamente en el momento en que el “sol se detiene”, esto nos indica un evento astronómico desde la perspectiva de un observador terrestre.
Después de la explosión de 1908, conocida como el Fenómeno de Tunguska, los cielos nocturnos resplandecieron durante varios días por toda Europa. Este parece haber sido un cuerpo cometario que explotó en los cielos y causó que no hubiese noche por varios días. Los cielos brillantes tuvieron que ser el resultado de nubes noctilucentes. Estas son nubes brillantes, visibles de noche, llamadas noctilucentes, que están compuestas por partículas de hielo y que sólo se forman a altitudes muy elevadas y a temperaturas extremadamente frías. También podemos recordar que el meteorito desintegrado que cayó en Rusia hace poco parecía un sol brillante al explotar en la atmósfera, y si lo sumamos a una lluvia de éstos durante largas horas, más la nubes noctilucentes, el fenómeno parece más que claro.
Es interesante que cuando el libro de Josué usa la expresión “tente inmóvil” literalmente se puede traducir también “manténte callado (silencioso)”. Lo anterior podría significar que no había un sol fulgurante, sino con nubes, pero que claramente parecía día, lo cual unido a los fenómenos anteriores, darían la impresión de un día más largo. Con el tiempo, y cuando el relato fue refinado en su redacción y edición final, se transmite una sensación más específica del fenómeno. También es interesante que el redactor final del libro conocido como Josué dice que el sol "no se apresuró a ponerse por más o menos un día entero" - Josué 10:13
Si el sol se hubiese detenido al medio día por más o menos un día de luz, luego tendría que haber acelerado su ingreso al horizonte solar, lo cual no aparece en el relato, y sería descabellado. Parece ser, tal como aparece allí, que el fenómeno ocurre al acercarse el atardecer, y allí aparentemente el sol es detenido. Se nos dice: "no se apresuró a ponerse".
Lo anterior sería una prueba más de los fenómenos combinados de la caída de meteoritos brillantes, las nubes noctilucentes, y una nubosidad en la que el sol parecía más apagado o "silencioso" como narra la traducción. En otras palabras, el atardecer se habría prolongado.
Si el sol se hubiese detenido al medio día por más o menos un día de luz, luego tendría que haber acelerado su ingreso al horizonte solar, lo cual no aparece en el relato, y sería descabellado. Parece ser, tal como aparece allí, que el fenómeno ocurre al acercarse el atardecer, y allí aparentemente el sol es detenido. Se nos dice: "no se apresuró a ponerse".
Lo anterior sería una prueba más de los fenómenos combinados de la caída de meteoritos brillantes, las nubes noctilucentes, y una nubosidad en la que el sol parecía más apagado o "silencioso" como narra la traducción. En otras palabras, el atardecer se habría prolongado.
Sin embargo, la vinculación de los fenómenos de las piedras del cielo que aniquilan a los enemigos de Josué ese día nos inclina la explicación a una desintegración de varios meteoritos, posiblemente tras la explosión de un cuerpo cometario que arrojó fragmentos, y una posterior luz residual que duró varías horas.
Algunos hablan de crónicas iraníes en dónde éstos vieron la luz solar varios días en el cielo. En China se dice que en el reino del Emperador Yahou, el sol no se puso durante varios días y todos los bosques se quemaron con las plantas.