En síntesis el Sufrimiento surge como una posibilidad de la experiencia humana por éstas realidades:
1- Somos seres espacio-temporales en un medio ambiente y universo que es también espacio-temporal. Toda nuestra realidad inmediata es transitoria y cambiante. Todo el medio en donde nos movemos es un ambiente larval. El universo material aún está incompleto, es imperfecto y está en proceso de ajustes, sincronización, y afinamiento. Los accidentes, lagunas y vacíos son potenciales siempre presentes en el crecimiento. Un niño cae varias veces antes de lograr caminar.
2- Toda nuestra vida en ésta existencia humana es larval, es un embrión en el cosmos, no es la etapa existencial verdaderamente adulta. Por ende, es una etapa transicional. Entender y aceptar ésta realidad ya nos proporcionaría otra óptica. El hombre cree que en la vejez está llegando al término de su vida, cuando en realidad está preparando el escenario para salir de la fase embrionaria universal y constituirse en un nuevo ser nacido para el Cosmos.
3- El Libre albedrío es inherente y tiene potencialidades positivos de creación, amor y autorealización, o puede ser destructivo y limitante, creando sufrimiento propio y al ambiente inmediato asociado donde ese Ser se desarrolla. Eliminar el Libre Albedrío transformaría al universo en mecanicista, autómata y el don de la Personalidad no podría ser desarrollada.
4- El sufrimiento al existir en un ambiente transitorio y casi irreal, en un aspecto de comparación cósmica a gran escala, tiene un valor igualmente transitorio, pequeño y casi irreal. La reacción libre ante el mismo puede ser destructiva o liberadora y vencedora de ese mal. Así, el sufrimiento permite que se desarrollen cualidades poderosas que capacitan a los seres para enfrentar todas las tensiones y estados incompletos de la creación aún en desarrollo.
En las próximas entradas veremos como las Escrituras Bíblicas y los Documentos refuerzan precisamente éstos puntos.
