148:5.3 (1661.5) «Pero,
hijo mío, debes saber que el Padre no aflige a sus hijos deliberadamente. El
hombre desencadena sobre sí mismo aflicción innecesaria como resultado de su
negación persistente a marchar en los buenos caminos de la voluntad divina. La
aflicción está en potencia en el mal, pero buena parte de ella se produce por
el pecado y la iniquidad. Muchos acontecimientos inusitados han acaecido en
este mundo, y no es raro que todos los hombres pensadores se preocupen por el
espectáculo que presencian de sufrimiento y aflicción. Pero puedes estar seguro
de una cosa: el Padre no envía aflicción como castigo arbitrario de la
fechoría. Las imperfecciones y desgracias del mal son inherentes; los castigos
del pecado son inevitables; las consecuencias destructoras de la iniquidad son
inexorables. El hombre no debe culpa a Dios por las aflicciones que son el
resultado natural de la vida que él elige vivir; tampoco debe el hombre
quejarse de esas experiencias que son parte de la vida tal como se la vive en
este mundo. Es la voluntad del Padre que el hombre mortal trabaje con
perseverancia y firmemente hacia el mejoramiento de su condición en la tierra.
La aplicación inteligente permitirá al hombre sobreponerse a buena parte de su
miseria en la tierra.
111:4.11 (1220.10) Éste es
el problema: si el hombre que goza de libre albedrío está dotado de poderes de
creatividad en su fuero interior, debemos reconocer entonces que la creatividad
de libre albedrío comprende el potencial de la destructividad por el libre
albedrío. Y cuando la creatividad se torna destructividad, os enfrentáis con la
devastación del mal y del pecado: la opresión, la guerra y la destrucción. El
mal es una parcialidad de la creatividad que tiende hacia la desintegración y
destrucción final. Todo conflicto es malo en cuanto inhibe la función creadora
de la vida interior —es una especie de guerra civil en la personalidad.
También que en medio de la devastación del sufrimiento podemos obtener valores supremos de Fe y fortaleza interior:
3:5.5 (51.4) Las
incertidumbres de la vida y las vicisitudes de la existencia no contradicen de
ninguna manera el concepto de la soberanía universal de Dios. La vida de cualquier
criatura evolutiva está asaltada por ciertas inevitabilidades. Examinad las
siguientes:
3:5.6 (51.5) 1. La valentía — la fuerza de carácter — ¿es deseable? Entonces el hombre debe educarse en un entorno donde sea necesario luchar contra las dificultades y reaccionar ante las decepciones.
3:5.6 (51.5) 1. La valentía — la fuerza de carácter — ¿es deseable? Entonces el hombre debe educarse en un entorno donde sea necesario luchar contra las dificultades y reaccionar ante las decepciones.
3:5.7 (51.6) 2. El
altruismo — el servicio a los semejantes — ¿es deseable? Entonces la
experiencia de la vida debe proporcionar situaciones donde se encuentren
desigualdades sociales.
3:5.8 (51.7) 3. La esperanza
— la grandeza de la confianza — ¿es deseable? Entonces la existencia humana
debe enfrentarse continuamente con inseguridades e incertidumbres recurrentes.
3:5.9 (51.8) 4. La fe — la
afirmación suprema del pensamiento humano — ¿es deseable? Entonces la mente del
hombre ha de encontrarse en esa situación incómoda en la que siempre sabe menos
de lo que puede creer.
3:5.10 (51.9) 5. El amor a
la verdad — y la buena disposición a seguirla dondequiera que conduzca — ¿es
deseable? Entonces el hombre debe crecer en un mundo donde el error esté
presente y la falsedad sea siempre posible.
3:5.11 (51.10) 6. El
idealismo — el concepto que se acerca a lo divino — ¿es deseable? Entonces el
hombre debe luchar en un entorno de bondad y de belleza relativas, en un
ambiente que estimule la aspiración incontenible hacia cosas mejores.
3:5.12 (51.11) 7. La
lealtad — la devoción al deber más elevado — ¿es deseable? Entonces el hombre
debe caminar entre las posibilidades de traición y de deserción. El valor de la
devoción al deber consiste en el peligro implícito de incumplirlo.
3:5.13 (51.12) 8. El
desinterés — el espíritu del olvido de sí mismo — ¿es deseable? Entonces el
hombre mortal debe vivir cara a cara con las reivindicaciones incesantes de un
ego ineludible que pide reconocimiento y honores. El hombre no podría elegir
dinámicamente la vida divina si no hubiera ninguna vida egoísta a la que
renunciar. El hombre nunca podría aferrarse a la rectitud para salvarse si no
existiera ningún mal potencial para exaltar y diferenciar el bien por
contraste.
3:5.14 (51.13) 9. El
placer — la satisfacción de la felicidad — ¿es deseable? Entonces el hombre
debe vivir en un mundo donde la alternativa del dolor y la probabilidad del
sufrimiento son posibilidades experienciales siempre presentes.
50:7.1 (578.6) A
primera vista parecería que Urantia y los mundos aislados asociados fueran
altamente desafortunados por haber sido privados de la presencia y la
influencia benéficas de personalidades superhumanas tales como el Príncipe
Planetario y un Hijo e Hija Materiales. Pero el aislamiento de estas esferas
ofrece a sus razas una oportunidad única para ejercer la fe y para desarrollar
una calidad peculiar de confianza en la confiabilidad cósmica que no depende de
la vista ni de otras consideraciones materiales. Es posible que resulte,
finalmente, que las criaturas mortales que provienen de los mundos en
cuarentena debido a la rebelión sean extremadamente afortunados. Hemos
descubierto que muy pronto se confía a estos seres ascendentes numerosas
asignaciones especiales en empresas cósmicas en las que una fe incuestionable y
una confianza sublime son esenciales para su logro.
50:7.2 (579.1) En
Jerusem los seres ascendentes de estos mundos aislados ocupan un sector
residencial propio y se les conoce con el nombre de agondonters, lo cual significa
criaturas volitivas evolucionarias que pueden creer sin ver, perseverar cuando
están aisladas, y triunfar sobre dificultades insuperables aun cuando están a
solas. Este grupo funcional de los agondonteros persiste a través de la
ascensión en el universo local y la travesía del superuniverso; desaparece
durante la estadía en Havona, pero vuelve a reaparecer prontamente en el
momento del logro del Paraíso y persiste definitivamente en el Cuerpo de la
Finalidad Mortal. Tabamantia es un agondonter de
estado finalista, habiendo sobrevivido de una de las esferas en cuarentena,
comprendidas en la primera rebelión que sucedió en los universos del tiempo y
del espacio.