miércoles, 13 de noviembre de 2019

Hordas y los verdaderos cambios


Uno de los problemas más graves de las antiguas doctrinas de Lucifer sembradas por Caligastia desde hace milenios tiene que ver con el falso concepto de la Libertad y de los llamados "Derechos" de los Grupos:

54:1.1 (613.3) De todos los problemas confusos que surgieron de la rebelión de Lucifer, ninguno ha ocasionado más dificultad que el fracaso de los mortales evolucionarios inmaduros para distinguir entre la verdadera libertad y la falsa libertad.

54:1.5 (613.7) La autovoluntad sin frenos y la autoexpresión no regulada se igualan al egoísmo sin mitigación, la ausencia máxima de santidad. La libertad sin una conquista asociada y creciente del yo es una invención de la imaginación mortal egoísta. La libertad automotivada es una ilusión conceptual, una cruel decepción.

Cuando las libertades y el reclamo de derechos implica la anulación de los derechos de otros, la libertad se vuelve autodestructiva. Que lamentable que después de miles y miles de años, los seres humanos vuelvan a caer presas de éstas doctrinas de la libertad espuria:

67:5.2 (758.7) Poco después de la rebelión, todo el séquito de la sedición acometió una vigorosa defensa de la ciudad contra las hordas de semisalvajes que sitiaron sus murallas como resultado de las doctrinas de libertad que, prematuramente, se les habían impartido. Muchos años antes de sumergirse la hermosa sede central bajo las olas meridionales, las tribus descaminadas y mal educadas de las regiones apartadas de Dalamatia ya se habían abalanzado sobre la espléndida ciudad en asalto semisalvaje, impulsando hacia el norte al séquito secesionista y sus asociados.

67:5.3 (759.1) El esquema de Caligastia para la reconstrucción inmediata de la sociedad humana de acuerdo con sus conceptos de la libertad individual y los derechos de los grupos, resultó un veloz y, en cierto modo, rotundo fracaso. La sociedad pronto revirtió a su antiguo nivel biológico, y volvió a comenzar la lucha progresiva a partir de un punto no mucho más adelantado de donde se encontraba al principio del régimen de Caligastia; pues este levantamiento había dejado al mundo en un estado de suma confusión.

Así fue destruida la bella civilización y cultura de Dalamatia. Y es sorprendente que 500.000 años más tarde, la tendencia humana de la búsqueda sin frenos de derechos lleve a poner en peligro los pilares de muchas naciones. Otra vez vuelven los asaltos de salvajes que no son muy diferentes a los de aquellos que han destruido civilizaciones pasadas.

Las conquistas verdaderas para sociedades perdurables deben lograrse mediante métodos claros y pacientes, sin destruir lo que se ha construido con esfuerzo. De lo contrario, se vuelve un suicidio social.

Si una casa presenta problemas en una de sus habitaciones como un baño o cocina, los habitantes sabios comienzan a reparar el baño o cocina, y siguen habitando su hogar, haciendo algunos sacrificios temporales. Pero de ninguna forma incendian (queman) su casa, exponiendo a los mas vulnerables como a los niños a dormir a la intemperie, creyendo que con eso debe comenzarse de "cero" para lograr el arreglo del baño o cocina. Sinceramente creer que mediante destruir y reformar de súbito todo el sistema se logra un estado mejor, es demencial.

Así ocurre con aquellos que pretenden incendiar literalmente las instituciones que permiten el funcionamiento (no perfecto evidentemente) de la Sociedad. Al hacer esa destrucción de las instituciones se pone en peligro a millones de otras personas que necesitan trabajar  y tienen el derecho a vivir en paz.

Si una Sociedad necesita hacer algunos ajustes en justicia social No debe destruir sus instituciones, servicios básicos y sistema comercial que provee bienes y servicios, atentando contra la democracia por más imperfecta que sea. Debe comenzar a arreglar los problemas puntuales desde mismo punto imperfecto, sin destruir el hogar colectivo que representa una nación.