La piel violeta de Adán, su pelo claro, su halo resplandeciente que era típico de los Hijos Materiales, y el que esté rodeado de animales, nos indican como la transmisión oral sobre Adán fue integrándose en la narrativa de la India y deformándose finalmente bajo el nombre de Shiva, uniéndolo a otras historias y folclore. También hay grabados antiguos que muestran esta presencia adanita o andita y su mestizaje con las personas nativas:
El que los hebreos (que quizás tenían una narrativa textual más cercana a la figura de Adán) no hayan dejado tradiciones pictóricas asociadas se debe a que para el momento de la redacción de las Escrituras Hebreas estaba fuertemente penado por la Ley que los israelitas hicieran figuras que podrían ser consideradas idolátricas. Esto hizo que quedase una nula información gráfica sobre los tiempos de los Hijos Materiales.
En cambio, en la India estas restricciones pictóricas no se impusieron de esa forma, y hasta el día de hoy se representa en algunas zonas de la India a Shiva (Adán) y su esposa Parvati (Eva) como un matrimonio divino con rasgos sumamente similares a la descripción de los Hijos Materiales que hace el Libro de Urantia:
