Desde Napoléon hasta los emperadores romanos o faraones egipcios notamos como el "mito fundacional" reescribió la historia. Generalmente acciones ordinarias de batallas y conquistas son contadas con la óptica de los "apoyos divinos" o en base a "acciones justas" (mitos fundacionales socialistas modernos) en donde los tiranos o guerrilleros son vistos como "santos" o "mesías". Hasta religiones del siglo XIX y principios del XX crearon "mitos fundacionales": supuestos retornos de Cristo, presencias superiores e invisibles asociadas a eventos terrestres (guerras mundiales) y cronologías defectuosas junto a "nombramientos" de clases especiales. El asociar eventos del orden material a relaciones con el mundo espiritual es tan viejo y antiguo como el asociar los eclipses o cometas al nacimiento o muerte de emperadores y la caída de algunas civilizaciones. Ese tipo de "asociaciones" son meramente humanas y algo forzadas.
Pero aquí es bueno hacer una aclaración. En tiempos recientes han vuelto a cobrar fuerza algunas teorías casi gnósticas que no tienen asidero y realizan un ejercicio muy superficial. Es un craso error creer que las acciones bélicas y crueles del "Dios de Israel" o las guerras del pueblo israelita eran provocadas por entes superiores malvados, verdaderos demiurgos como creen algunos. Y también es un error pensar que el Dios supremo de Amor verdaderamente estaba envuelto en esas acciones. Estas dos posiciones están totalmente equivocadas. Las guerras de Israel simplemente fueron guerras como las de cualquier pueblo que al vencer crea una epopeya posterior de respaldo divino, un mito fundacional nacional. A esos hechos corrientes de la historia se les reviste con un halo divino. Y los desastres naturales ocurridos en esas épocas también son atribuidos a Dios, como si él tuviera que "intervenir" y alterar los asuntos en su creación.
Imaginemos que hoy algunos grupos protestantes con poder político en el futuro escribieran que las acciones bélicas de EEUU tras el ataque del 11-S fueron guiadas por Dios en las tierras de Babilonia, etc. Así, se reviste de una épica celestial acciones evolutivas de los pueblos primitivos. Este ejemplo no se aleja de la realidad ya que hay grupos protestantes que creen que EEUU tiene un destino divino.
Antes del exilio los israelitas disponían de una literatura que separaba perfectamente la creencia en los tiempos de la creación de Adán de la "historia seglar" de Israel con sus conquistas y batallas, y de los relatos de las catástrofes antiguas. Y estaban en otra categoría los libros de naturaleza espiritual inspiradora como los Salmos y algunos profetas, etc.
Fue Esdras y su equipo de sacerdotes durante y después del exilio que reescribieron y fundieron éstas colecciones previas que estaban perfectamente separadas y las editaron en nuevos libros que mezclaban todo lo anterior. Y tomaron la decisión de destruir todas las fuentes separadas de muchas historias como el "Libro de las Guerras de Jehová", el "Libro de Jasar", etc. Estos libros eran puramente históricos, y se extrajo material el cual fue refundido en hazañas épicas con carácter sobrenatural. Cuando las guerras resultaron en éxito fue porque Israel fue "obediente" y cuando perdían se reescribió como que hubo "desobediencia", pero para aquellos israelitas que pelearon en dichas guerras nunca existió un componente divino en una u otra ocasión, tal como sucede con muchos marines de EEUU ajenos a una posible reescritura que exista en el futuro de la Humanidad.
Para acercarnos a la verdad debemos separar las narrativas y discernir que aquellas que tienen tintes de inspiración celestial en algunos puntos son realmente producto de la intervención del Ajustador en esos hombres piadosos. Pero en los casos en que vemos guerras de orden social primitivo, debemos discernir que esas porciones no corresponden al carácter verdadero del Padre Celestial.