Esto es una prueba de que las religiones están evolucionando a conceptos más elevados. En el pasado, las religiones habrían desafiado masivamente a la Pandemia. De hecho, durante la Gripe Española las Misas no se suspendieron, causando más contagios y estragos. En esa época se asociaba indefectiblemente la cesación de los servicios religiosos como Falta de Fe en el poder protector de Dios. Y más atrás en el tiempo, las enfermedades eran consideradas designios divinos, y hasta castigos de la Divinidad. También la enfermedad era asociada con poderes ocultos, con "males de ojo", y ataques del Maligno.
La religión ha evolucionado a conceptos más espirituales y se ha acercado a la realidad gracias al equilibrio del razonamiento científico, que ha otorgado su dosis de conocimiento físico de los fenómenos, y ha aportado racionalidad y sentido común a la Religión. Por ejemplo, en años recientes un creciente grupo de religiones ya no consideran literal los "días creativos" del Génesis, y el que la Humanidad solo tenga 6000 años, entre otros asuntos. Y las que creían antiguamente en esos asuntos han comenzado a ignorarlos o evitarlos por la incomodidad que generan ante la evidencia de la realidad.
La ciencia ha contribuido a salir de la superstición esclavizante y creencias erróneas sobre Dios y el diablo.
88:6.7 (972.7) Gradualmente la ciencia está eliminando de la vida el elemento del juego de azar. Pero si los métodos modernos de educación fracasan, habrá una reversión casi inmediata a las creencias primitivas en la magia. Estas supersticiones aún habitan la mente de muchos pueblos así llamados civilizados.
Y ese es el peligro actual. Las antiguas supersticiones sobre el Demonio, las brujas y la magia, han mutado a la creencia de Sociedades Secretas con un poder extraordinario sobre el mundo transformándose en los nuevos entes que atemorizaban a las aldeas de antaño. Es lamentable que estemos asistiendo a un Renacer disfrazado de éstas antiguas supersticiones.
88:6.8 (973.1) La magia antigua fue el capullo de la ciencia moderna, indispensable en su tiempo pero ya no útil. Así los fantasmas de la superstición ignorante agitaron las mentes primitivas de los hombres hasta que pudieran nacer los conceptos de la ciencia. Hoy en día, Urantia está en los albores de su evolución intelectual. Una mitad del mundo busca ansiosamente la luz de la verdad y los hechos del descubrimiento científico, mientras que la otra mitad languidece en los brazos de la superstición antigua y de la magia sólo ligeramente disfrazada.