domingo, 1 de octubre de 2023

Puntos de vista


Una de las pruebas internas que aumentan la veracidad de los relatos del Libro de Urantia son la narrativa de un mismo hecho, dada por diferentes Reveladores, al narrar un asunto, con diferentes ángulos o puntos de vista, lo que demuestra que efectivamente eran un cuerpo de reveladores, siendo diferentes personalidades. Veamos un ejemplo en esta cita:  

(609.4) Lucifer y Satanás deambularon libremente por el sistema de Satania hasta que se completó la misión de autootorgamiento de Micael en Urantia. Estuvieron juntos en vuestro mundo por última vez en el momento de su ataque combinado contra el Hijo del Hombre.

La cita anterior está en el documento de la Rebelión de Lucifer. Si nos basamos en la información  textual de la cita, se nos declara que Lucifer visitó Urantia y atacó con Satanás a Jesús.  Este documento fue presentado por Manovandet Melquisedek.

Sin embargo, en el documento relativo a los años de transición y el Monte Hermón, narrado por los Seres Intermedios de Urantia, se declara:

(1493.5) Hacia el final de su estancia en la montaña, Jesús pidió a su Padre que le permitiera celebrar una conferencia con sus enemigos de Satania en su calidad de Hijo del Hombre, de Josué ben José. Esta petición le fue concedida. Durante la última semana en el Monte Hermón, tuvo lugar la gran tentación, la prueba cósmica. Satanás (representando a Lucifer) y el rebelde Príncipe Planetario Caligastia, estuvieron presentes con Jesús y se le hicieron plenamente visibles.

Este documento, narrado desde la perspectiva de los Seres Intermedios de Urantia, declara que realmente fue Satanás y Caligastia los que tentaron a Jesús. Satanás representaba a Lucifer, era su emisario o mensajero, y esto queda confirmado cuando se dice en ese mismo documento:

(1494.1) Ante todas las componendas y expedientes temporales sugeridas por Lucifer, ante todas esas engañosas propuestas relativas al autootorgamiento en forma de encarnación, Jesús solamente tenía una respuesta: «Que se haga la voluntad de mi Padre que está en el Paraíso».

Así que Satanás traía las ideas de Lucifer, y por eso desde la perspectiva del Melquisedek que narra el documento sobre la rebelión de Lucifer, se dice que “Lucifer y Satanás estuvieron juntos en vuestro mundo en su ataque combinado”.

Pero aún así, otros pasajes del Libro nos ayudan a llegar a la conclusión  que finalmente tres personajes estuvieron juntos atacando a Micael: Lucifer, Satanás y Caligastia. Sin embargo, solo Caligastia y Satanás lo abordaron directamente. 

¿Qué aprendemos de este ejemplo? En primer lugar que el Libro de Urantia debe leerse sin dogmatizar ciertos párrafos o frases. Para obtener un cuadro más completo, y aún así relativo, deben leerse los contextos, otras citas sobre el tema en el Libro, etc. El Libro de Urantia no es una especie de “tabla de la ley celestial”. No existe tal cosa en el universo. El Libro de Urantia representa las diversas presentaciones de seres celestiales, que aún así, en algunas perspectivas y puntos de vistas accesorios, pueden diferir en sus narrativas. Más no en la esencia y conceptos. Si, insistimos en esto. Son los conceptos y no las palabras o frases precisas (incluso traducidas) la cuestión principal. Y esto parece contraintuitivo para nosotros, ya que al igual que niños pequeños, necesitamos aferrarnos a una tabla de la ley casi fetiche.

Lejos de restar credibilidad al Libro o suponer un grado de contradicción, lo anterior demuestra verdad. Un hecho real se atestigua mejor, incluso con variaciones de perspectivas de los diversos testigos. A diferencia de un solo relato calcado, copiado y casi fotocopiado literalmente como si eso fuera la evidencia de la verdad.

Por ejemplo, el profesor Antonio Piñero explicó que ese razonamiento es la mejor prueba real de la existencia histórica de Jesús. El que cuatro evangelios, y muchos otros apócrifos, narren sucesos aparentemente contradictorios, y con diferentes perspectivas y puntos de vista, demuestran que efectivamente, por la economía de la información, el personaje histórico en cuestión es real. En cambio, si los cuatro evangelios hubiesen declarado exactamente lo mismo, la cuestión estaría sujeta a la copia de una sola fuente, y un solo testigo, lo cual sorprendentemente aumentaría la posibilidad exponencial de que el personaje fuese inventado y simplemente copiado a varios libros. Es así que Historiadores acreditados han declarado qué hay más posibilidades que Jesús haya sido un personaje real, si, más que él mismo Alejandro Magno o Julio César. La razón está en que estos últimos provienen de menos fuentes de información que atestiguan su existencia, en algunos casos, uno o dos autores. En cambio, Jesucristo es mencionado en decenas de fuentes sean estos evangelios canónicos, apócrifos, epístolas, y por algunos historiadores, etc.

Todo lo anterior también aterriza al Libro de Urantia en cuanto a declaraciones de ciencia, organización de los universos, y términos, incluyendo las distancias de los años luz, etc. Mucho de lo expresado en la Revelación es narrado según la perspectiva de los Reveladores. Es inútil discutir y fijar parámetros en cuanto a que las mismas declaraciones de los reveladores deban ser exactas en perfección a la cambiante y evolutiva academia científica humana. Lo anterior sería semejante a insistir en que la milla estadounidense deba ser idéntica al metro utilizado en el resto del mundo.

Es bueno de vez en cuando repasar estos apuntes, sobre todo para los nuevos lectores de los documentos, y para evitar cometer algunos errores al intentar analizar la Información de los mismos. Lo importante es su coherencia general, el contexto, los conceptos y el espíritu tras la información, más que la letra precisa.

Finalmente, los Reveladores nos dejan estos mensajes:

2:7.1 (42.2) Todo conocimiento finito y toda comprensión de la criatura son relativos. La información y la inteligencia, aunque procedan de altas fuentes, son tan sólo relativamente completos, localmente precisos, y personalmente verdaderos.

2:7.2 (42.3) Los hechos físicos son relativamente uniformes, pero la verdad es un factor viviente y flexible en la filosofía del universo. Las personalidades en evolución son sólo parcialmente sabias y relativamente veraces en sus comunicaciones. Pueden estar seguras solamente hasta donde se extiende su experiencia personal. Aquello que al parecer puede ser completamente cierto en un lugar, puede ser tan sólo relativamente cierto en otro segmento de la creación.

2:7.3 (42.4) La verdad divina, la verdad final, es uniforme y universal, pero la historia de las cosas espirituales, tal como la relatan numerosos individuos procedentes de distintas esferas, puede variar a veces en sus detalles debido a esta relatividad en la totalidad del conocimiento y en la plenitud de la experiencia personal así como en la longevidad y grado de esa experiencia.