Los dolores de parto demuestran crudamente que todos los habitantes de la Tierra somos mestizos. No hay ninguna "raza" pura hoy.
De hecho, los Documentos afirman que:
(919.7) 82:6.1 Hoy en día no hay razas puras en el mundo. Los pueblos de color primitivos y originales tienen tan sólo dos razas representativas que persisten en el mundo —el hombre amarillo y el hombre negro— y aun estas dos razas están muy mezcladas con los pueblos de color ya desaparecidos. Aunque la así llamada raza blanca desciende predominantemente del antiguo hombre azul, está mezclada más o menos con todas las otras razas así como lo está el hombre rojo de las Américas.
Recordemos que las razas humanas nativas como los andonitas no experimentaban dolores de parto. Al parecer la proporción entre la cabeza y el cuerpo era equilibrada, siendo ámbos pequeños. En el caso de los adanitas puros, puesto que éstos eran más altos (casi de tres metros), tampoco habían punzadas y dolores de parto. Cabezas y extremidades también eran armónicas. Solo con el mestizaje surgió el problema que ya explicamos en la entrada pasada: La cabeza humana tendió a ser ligeramente más grande que el resto del cuerpo. Así que existió un inmediato problema en el canal de parto.
Lo anterior nos lleva a una conclusión interesante: Las células y el ADN tienden a agruparse en "zonas" para "crear" un nuevo cuerpo. El mestizaje no es meramente una mezcla de tonos diferentes creando un nuevo tono uniforme. La genética adanita tendió a dredé a agruparse con respecto a integrar en la cabeza humana un cerebro de mayor tamaño (proviene desde "arriba"). Y nuestro cuerpo, que es más pequeño, es la herencia fundamental del hombre nativo de este mundo. Curiosamente aquí aparece el conflicto entre "mente" y "cuerpo" en el hombre mestizo de la Humanidad.
Por otra parte, el problema del "dolor de parto" y posibilidad de mortandad infantil fue inmediato, incluso en los hijos de primera generación de los adanitas:
76:0.2 (847.2) Nacieron tanto Caín como Sansa antes de que la caravana adánica alcanzara su destino final entre los ríos de la Mesopotamia. Laotta, la madre de Sansa, pereció al nacer su hija; Eva sufrió mucho pero sobrevivió, debido a su fortaleza superior. Eva amamantó a Sansa, la hija de Laotta, y la crió con Caín. Sansa llegó a ser mujer de gran capacidad. Se casó con Sargán, el jefe de las razas azules del norte, y contribuyó al progreso de los hombres azules de aquellos tiempos.
Los noditas de los tiempos de Adán eran realmente mestizos (incluso desde sus tiempos fundacionales). Adán y Eva al procrear con estos noditas inmediatamente causaron hibridación y mestizaje. Y los dolores de parto aparecen ya en Eva al parir a Cain. De esta forma, la frase bíblica analizada en la entrada pasada, cobró realismo en los hijos mestizos de Eva. Los redactores posteriores evidentemente tomaron nota que antes de la falta, Eva no experimentó "dolores de parto", cambiando esta condición después.
76:4.2 (850.8) No sufrió Eva dolores de parto (antes de la falta); tampoco los sufrieron las primeras razas evolucionarias. Sufrieron las punzadas del parto únicamente las razas mezcladas que habían sido producidas por la unión del hombre evolucionario con los noditas y, posteriormente con los adanitas.
Es por esta razón y otras que recién estamos entendiendo porque Adán y Eva tenían prohibido mezclarse con otras razas ya establecidas en Urantia. Solo sus descendientes de pura cepa adanita, cuando hubiesen llegado a una cantidad de medio a un millón de individuos podían comenzar un gradual mestizaje. Al parecer aquí hay razones biológicas y de adaptabilidad envueltas. Es posible que éstos hipotéticos hijos de la raza pura adanita hayan experimentado un gradual cambio (a través de generaciones) que hubiesen causado un mestizaje menos violento que el que existió. Así, si el programa de los adanes hubiese sido efectuado con paciencia y determinación, tampoco habrían existido los "dolores de parto" en la magnitud actual. Los madres actuales no habrían experimentado esa condición así de aguda como lo es hoy.
Otro apunte sobre esto tiene que ver con la razón sobre porque los humanos no nacen caminando inmediatamente como la mayoría de las especies animales. Para la ciencia la respuesta está en factores como el tamaño del cerebro y la biomecánica de las extremidades. Se ha notado un patrón que puede ser explicado principalmente por diferencias en la masa cerebral.
En otras palabras, la cabeza humana tiende a ser más grande que el cuerpo (imagen de la entrada), y por esa razón debe ocurrir un proceso de adaptación neuronal para aprender el equilibrio con el cuerpo diferente y lograr caminar. Mientras que un potrillo u otra especie animal tarda menos, un humano necesita alrededor de un año. Esto muestra nuevamente como la herencia adánica se visualiza más en nuestro cerebro y no tanto en nuestro cuerpo.
Un bebé recién nacido no puede sostener la cabeza con su cuerpo ligeramente más pequeño.
Un bebé recién nacido no puede sostener la cabeza con su cuerpo ligeramente más pequeño.
Al parecer esta dificultad inicial no afectaba a los hijos totalmente adanitas de Adán y Eva, los cuales fueron 63 antes de la falta. Parece que estos niños eran más dotados y requerían menos cuidados que los posteriores hijos mestizados. Podemos deducir que podían aprender a caminar de forma más inmediata o poco después de nacer.