48:6.32 (554.6) Las formas no tienen valor cuando se aprenden las lecciones. No hay pollito sin cáscara, pero el cascarón ya no vale nada una vez que sale el pollito. Pero a veces el error es tan grande que rectificarlo mediante la revelación podría ser fatal para esas verdades que surgen lentamente y que son esenciales para reemplazar experiencialmente el error. Cuando los niños tienen sus ideales, no los desalojéis; dejadlos crecer. Y mientras aprendéis a pensar como hombres, también debéis aprender a rezar como niños.
Así que es esencial que las mentes humanas ancladas a la tradición y conceptos legítimos para ellos, lentamente y por sí mismos, vayan abriendo el cascarón de sus esquemas mentales. Para algunos eso puede tomar toda una vida, y para otros se hará en la otra vida. Sería un error apurarlo mediante la entrega repentina de la Revelación.
Los mismos maestros de Dalamatia y los Hijos Materiales (antes de la rebelión) se abstuvieron de enseñar verdades y conocimientos prematuros a los humanos. Pese al aparente LENTO avance, combatamos la tentación de la prisa y de utilizar la REVOLUCIÓN como método lucifernino de progreso. Lamentablemente en esas épocas remotas se desplazó la lenta y segura evolución por un mecanismo de revolución.
Al crear una especie de revolución y de entrega excesiva de conocimiento, dichos seres humanos de antaño se vieron afectados porque lo poco que habían avanzado se perdió del todo. Eso fue un crimen. Al intentar llevar a las personas a un plano más amplio de verdad, debemos evitar destruir lo que ya tienen como sus valores morales y familiares. Algunos podrían huir del contacto fraternal con otros seres humanos al entender erróneamente la revelación, pensando en que la religión del espíritu anula todo compañerismo humano.
Y tenemos un factor adicional a ésto, que es CONFIAR en el trabajo de los serafines y seres intermedios. En otras palabras, QUIENES ESTÁN LISTOS reciben de alguna forma u otra el Libro de Urantia:
113:4.1
(1245.1) Los
serafines son estimuladores de la mente; intentan continuamente promover en la
mente humana las decisiones que cumplen los círculos. Lo hacen, no de la manera
en que lo hace el Ajustador, operando desde adentro y a través del alma, sino
más bien desde afuera hacia adentro, trabajando a través del medio ambiente
social, ético y moral de los seres humanos.
113:4.2
(1245.2) El hombre mortal, sujeto a la dirección del Ajustador, es también
sensible a la guía seráfica. El Ajustador es la esencia de la eterna naturaleza
humana; el serafín es el maestro de la naturaleza evolutiva del hombre —en esta
vida, la mente mortal, en la próxima, el alma morontial.
113:4.4
(1245.4) El serafín guardián
está manipulando constantemente el medio ambiente mortal para el propósito de
aumentar el discernimiento cósmico del ascendente humano con el fin de que
dicho candidato para la supervivencia pueda adquirir una realización enaltecida
de la presencia del Ajustador residente y de esta manera pueda dar una mayor
cooperación a la misión espiritual de la presencia divina.
Así que debemos tener tranquilidad y confiar. En otras palabras, el Libro de Urantia llegará para quiénes están listos en base a su propia evolución interior. Y los serafines se encargarán para que mediante nosotros u otro medio, ésas personas reciban la asistencia adecuada en la exploración de la Revelación. Así trabajamos con los ministros seráficos. Simplemente debemos ser pacientes y estar alertas para recibir a los que están listos, mientras no descuidamos nuestro interno trabajo espiritual también en nosotros mismos.
Pero éste ministerio de mostrar y enseñar la Revelación de Urantia no debe confundirse con el Ministerio de Proclamar la Paternidad de Dios y la hermandad entre los hombres. Esa proclamación manifestada en nuestra forma de vivir, en nuestra forma de ser y hablar, siempre estará manifestándose en nuestro servicio altruista a los semejantes, independiente de sí están listos o no.
Lo he dicho otras veces, no debemos confundir la Proclamación - Manifestación de éste mensaje del Reino de los Cielos con la proclamación del Libro de Urantia. No son cosas idénticas de la misma forma como el Mensaje de Jesús de Nazaret NO es lo mismo que hablar sobre Jesús de Nazaret. Evitemos cometer ese error de los primeros discípulos.
Una vez teniendo claro éstos preceptos, en la próxima entrada entregaré algunas recomendaciones sobre como ayudar a quiénes ya están listos y necesitan una especie de "transición" conceptual que les ayude a apreciar mejor el Libro de Urantia.