miércoles, 27 de noviembre de 2013

¿Es eficaz el castigo "divino"?

Millones de creyentes en la actualidad claman que la única solución posible es el castigo celestial destruyendo a la humanidad inicua para realizar una limpieza en la Tierra, eliminando la maldad y la oposición a Dios.

Sin embargo, una reflexión que nos abre los ojos, nos hace ver que una técnica así atribuida a Dios no parece ser muy eficaz. Usemos la misma información de la Biblia:

En el Diluvio Dios destruye a casi toda la humanidad menos a ocho personas (Noé y su familia). Sin embargo, solo pasan 100 años y tenemos a una humanidad rebelde liderada por un opositor a Dios construyendo la Torre de Babel,  en abierto desafío al Creador.  Parece ser que la llamada "limpieza" en la forma de una masacre global  (Diluvio) no fue muy efectiva. Además, supuestamente los hijos de Noé estaban más cerca de la perfección que la humanidad actual.

Solo algunos siglos después de la destrucción de Sodoma y Gomorra se nos informa que la tierra de Canaán está llena de habitantes que realizan prácticas repugnantes y que han contaminado la tierra.

Israel mismo fue "castigado" con la destrucción de Jerusalén en más de dos ocasiones en un periodo de casi 700 años, además de múltiples invasiones y otros castigos. La destrucción de Jerusalén en 70 E.C no trajo ningún cambio verdadero en los judíos, ni tampoco hizo de Israel una tierra que ahora adorara al Dios verdadero y aceptara a Jesús.

Y misteriosamente Dios deja de realizar estas acciones poco efectivas para eliminar la maldad de forma supuestamente permanente. Durante casi dos mil años la humanidad experimenta los periodos más oscuros sin ninguna intervención divina.

 Con estos antecedentes podríamos preguntarnos: ¿es eficaz el llamado castigo divino para erradicar el mal? Si el Diluvio no fue capaz de erradicar la maldad de la Tierra (quedando incluso ocho personas), si Sodoma y Gomorra no provocó un cambio de actitud en los Cananeos, ¿cómo es posible creer que un Armagedón literal será la panacea de todos los males?

Como se comentó en una entrada pasada, la clave no está en la destructividad, sino en la educación de la humanidad. La verdadera "espada" es el mensaje transformador de Jesús que tiene el potencial de cambiar al mundo. Hasta ahora, nunca se ha emprendido una evangelización centrada en la transformación positiva del mundo mediante predicar los ideales inspiradores de Jesús.

Véase también:

El héroe del cambio climático
http://estudiosdelasescrituras.blogspot.com/2013/11/el-heroe-del-cambio-climatico.html

Lo incompatible de la violencia física con la voluntad divina
http://estudiosdelasescrituras.blogspot.com/2012/11/lo-incompatible-de-la-violencia-fisica.html